miércoles, 18 de junio de 2014

Temporalidad


- Por Suspenso: El obispo fue notificado el lunes de que Sierva María estaba lista para los exorcismos. Había terminado la merienda en su terraza de campánulas amarillas, y no le prestó una atención especial al recado.
- Por Engarzamiento: No volvió a saberse nada de los mordidos hasta principios de enero, cuando una india andariega conocida con el nombre de Sagunta tocó a la puerta del marqués a la hora sangrada de la siesta.
- Por Evocación: Dos días después de la fiesta, y casi por descuido, la criada le contó a Bernarda que a Sierva María la había mordido un perro.


Tiempo


El tiempo que se maneja en la novela es cronológico, aunque contiene breves episodios de desorden cronológico para relatar pasados del marqués y de Delaura.
Maneja dos tipos de tiempo: del escritor debido a que describe perfectamente los hechos , historia, costumbres y la referencia cultural de la época en que sucedió la historia e histórico porque todo el relato de la historia tiene algo de verdadero; por ejemplo los personajes, el lugar de los conflictos y la época del mismo.  Ejemplo:             
El 26 de octubre de 1949 no fue un día de grandes noticias. El maestro Clemente Manuel Zabala, jefe de redacción del diario donde hacia mis primeras letras de reportero, termino la reunión de la mañana con dos o tres sugerencias de rutina. No encomendó una tarea concreta a ningún redactor. Minutos después se enteró por teléfono de que estaban vaciando las criptas funerarias del antiguo convento de Santa Clara, y me ordenó sin ilusiones: -Date una vuelta por allá a ver que se te ocurre-.           
El histórico convento de las clarisas, convertido en hospital hacía un siglo, iba a ser vendido a construir en su lugar un hotel cinco estrellas. Su preciosa capilla estaba casi a la intemperie por el derrumbe paulatino del tejado, pero en sus criptas permanecían enterradas tres generaciones de obispos y abadesas y otras gentes principales. El primer paso era desocuparlas, entregar los restos a quienes lo reclamaran, y tirar el saldo en la fosa común. Me sorprendió el primitivismo del método. Los obreros destapaban las fosas a piocha y azadón, sacaban los ataúdes podridos que se desbarataban con soló moverlos, y separaban los huesos del mazacote de polvo con jirones de ropa y cabellos marchitos. Cuanto más ilustre era el muerto más arduo era el trabajo, por que había que escarbar en los escombros de los cuerpos y cerner muy fino sus residuos para rescatar las piedras preciosas y las prendas de orfebrería.
Su duración de los relatos son largos.
Tiene un desarrollo lineal con escasos desordenes cronológicos pero que retornan al tiempo de la historia.
Tiene un tiempo subjetivo
Maneja un ritmo lento, pues existen muchas reflexiones y descripciones entre los personajes.

Espacio


El palacio donde vivía era el más antiguo de la ciudad, con dos pisos de espacios enormes y en ruinas, de los cuales el obispo no ocupaba ni la mitad de uno. Estaba junto a la catedral, y tenía con ésta un claustro común de arcos renegridos, y un patio con un aljibe en ruinas entre matorrales desérticos. Hasta la fachada imponente de piedra labrada y sus portones de maderas enterizas revelaban los estragos del abandono.


Ambiente

La niña dormía. El marqués la vio inmóvil y mustia y se preguntó si prefería verla muerta o sometida al castigo de la rabia. Le arregló el mosquitero para que no la sangraran los murciélagos, la arropó para que no siguiera tosiendo, y permaneció en vela junto a la cama, con el gozo nuevo de que la amaba como nunca había amado en este mundo. 


Narrador

El narrador es en tercera persona omnisciente subjetivo, ya que no es parte de la historia y describe lo que los personajes ven, piensan y sienten. Solo en algunas ocasiones tiene un punto de vista rotativo. Existe el narrador en primera persona solamente en el prólogo de la novela quien es el propio autor ya que el cuenta la historia debido a una previa experiencia personal

No hay comentarios:

Publicar un comentario